La semana pasada vimos un documental del canal Encuentro. En él, una mujer y un hombre nos enseñan, de una forma entretenida y distinta, un poco más sobre los alimentos y cómo cocinarlos.
En síntesís, nos explicaron que los alimentos están constituídos por: proteínas, grasas o lípidos e hidratos de carbono.
Proteínas: Las proteínas son los pilares fundamentales de la vida. El cuerpo
necesita proteína para repararse y mantenerse a sí mismo. La estructura
básica de una proteína es una cadena de aminoácidos.
Uno necesita proteína en la dieta para ayudarle al cuerpo a reparar células y producir células nuevas. La proteína también es importante para el crecimiento y el desarrollo durante la infancia, la adolescencia y el embarazo.
Uno necesita proteína en la dieta para ayudarle al cuerpo a reparar células y producir células nuevas. La proteína también es importante para el crecimiento y el desarrollo durante la infancia, la adolescencia y el embarazo.
Grasas: conjuntamente con los
carbohidratos representan la mayor fuente de energía para el organismo. Nos protegen del frío y nos
dan energía para que nuestro organismo funcione. Ayudan a
transportar y absorber las vitaminas
liposolubles (A, D, E, K) y a incorporar los ácidos
grasos esenciales que no producimos.
Son una fuente concentrada de calor y
energía a la que el cuerpo recurre cuando lo necesita.
Cada gramo de grasa provee al organismo 9 calorías, que
representan más del doble de las que aportan los hidratos
de carbono y las proteínas.
Hidratos de carbono: Constituyen la principal y más barata fuente de energía de que dispone el ser humano. Proporcionan energía para las más diversas funciones como por ejemplo mantener la temperatura corporal del cuerpo o el movimiento de los músculos para realizar todas nuestras tareas diarias. Son fundamentales en el metabolismo de los centros nerviosos pues el cerebro, en condiciones normales, solamente utiliza glucosa como fuente de energía.